Me levanté de un salto, como herido por el rayo. Me restregué los ojos, miré en torno mío y descubrí a un extraordinario hombrecito que me examinaba detenidamente. Aquí teneis el mejor retrato que después pude hacer de él, aunque mi dibujo, en verdad, es menos encantador que el modelo...
¡¡¡GRACIAS SORY!!!